Seguramente has oído hablar de la SEPA, aunque no te resulte muy familiar. Lo cierto es que, pese a que su implementación hace tres años no fue demasiado mediática, ha significado el fin de la fragmentación y la heterogeneidad bancaria en la Unión Europea, pero ¿qué es y en qué ha afectado a tu vida diaria?
Como bien explica el Banco de España, la SEPA (Single Euro Payments Area) o Zona Única de Pagos en Euros es la iniciativa que permite que particulares, empresas y otros agentes económicos realicen sus pagos electrónicos en euros, tanto nacionales como transfronterizos, en las mismas condiciones básicas y con los mismos derechos y obligaciones, con independencia del lugar en que se encuentren (siempre que formen parte de uno de los 28 países miembro de la Unión Europea, además de Islandia, Mónaco, Liechtenstein, Suiza, San Marino o Noruega).
Y a ti, como ciudadano europeo, ¿en qué te ha beneficiado? Según indica el comparador financiero y de microcréditos WannaCash, la Zona Única de Pagos en Euros te permite, como cliente bancario de uno de los 36 países miembro de esta iniciativa, disponer de una serie de reglas y condiciones homogéneas a la hora de realizar domiciliaciones, transferencias y pagos con tarjeta. De esta manera, los pagos internacionales -a nivel europeo- son tan sencillos como los de ámbito nacional. Por ello, desde su implementación dispones de ciertas ventajas a la hora de pagar:
– Puedes usar una única cuenta bancaria para operaciones de pago en euros dentro de la zona SEPA.
– Eliminación de barreras en pagos internacionales.
– Mayor seguridad a la hora de realizar pagos tanto nacionales como internacionales.
¿Qué elementos de pago se han visto afectados por la SEPA? Como hemos mencionado anteriormente, tres: las transferencias, las domiciliaciones y las tarjetas bancarias de pago.
En cuanto a las transferencias, ya no se realizan a través del CCC o Código de Cuenta del Cliente que se utilizaba en España anteriormente, sino en base a dos códigos que identifican a nivel internacional una cuenta bancaria:
– El código IBAN (formado por cuatro caracteres; dos que hacen referencia al código del país [ES] y dos dígitos de control [XX]).
– El código BIC, o código SWIFT, identifica el banco de destino o beneficiario de dicha transferencia y completa la información proporcionada por el código IBAN. Es un código formado por ocho caracteres (once si incluye también la información de la sucursal en cuestión)
Las domiciliaciones o adeudos directos -como ha pasado a denominarse tras la implantación de la SEPA- no han sufrido grandes cambios, puesto que, como antes, el pagador autoriza al beneficiario a realizar cobros en una cuenta de su titularidad. Si bien ahora este tipo de cobros se podrán realizar a nivel europeo sin ningún tipo de coste adicional y cuenta con sistemas de seguridad más avanzados.
Por último, la novedad que trajeron las tarjetas de pago es la introducción del chip EMV, una parte más de la evolución en la seguridad de las tarjetas de crédito y débito. De este modo, actualmente al pagar con tarjeta se te exige teclear tu número secreto (PIN de 4 a 6 dígitos) para confirmar una compra y, por lo tanto, se reduce el fraude evitando posibles falsificaciones de firma.
En resumen, la implantación de la SEPA ha traído consigo una serie de ventajas bancarias para los ciudadanos europeos: ha proporcionado mayor seguridad en los pagos, comodidad a la hora de realizar operaciones bancarias intracomunitarias y ha reducido las esperas, los trámites burocráticos y las trabas que caracterizaban a estos procesos bancarios.